Hace varios años ya, recuerdo haber tenido una experiencia que, en su momento me aportó confianza y tranquilidad, lo que me ayudó a calmar mis dudas sobre mi abundancia. Con el pasar del tiempo y con una conciencia cada vez más expandida, he ido entendiendo las diferentes capas de sabiduría que me ofrecí en esa experiencia.
Fue en uno de esos momentos que dedico a estar conmigo. Con los ojos cerrados y sentada, respiraba con la intención de sentir el contacto con mi Alma. Sólo eso. De repente, me percibí dentro de una cueva de oro, paredes de oro, monedas de oro, y una pequeña balsa de agua en el centro de la misma. Y yo sentada allí, al borde del agua. Tranquila, y asombrada al mismo tiempo. Entonces apareció una imagen de mujer, hermosa, grandiosa, y me invitó a coger con una mano todas las monedas que quisiera, eran mías, eran para mí. Y siempre estarían ahí, siempre disponibles. De hecho, todo aquel espacio era mío. Evidentemente era una metáfora.
Recuerdo la gran confianza que me invadió. Respiraba y sentía la Abundancia. Y de forma intuitiva sabía que era Verdad. Sabía que la Abundancia ya estaba en mí. Pero no sabía cómo reconocerla, cómo manifestarla, cómo disfrutarla.

Creencias sobre el dinero, la carencia, el merecimiento, la autoestima, … boicoteaban la plena confianza en esa Verdad. Y comencé a observar como elegía la abundancia y actuaba el no merecerla. Y seguí observando y dándome cuenta de las formas tan variadas con las que me boicoteaba. No analizaba, tan solo observaba. Tomaba conciencia.
Las creencias personales y colectivas tienen un gran imán y es difícil no caer una y otra vez en los viejos patrones, en las viejas inercias. Pero mis observaciones me dieron claridad para elegir y confiar en mi elección. Punto importante, la confianza. Claro, siendo consciente, estando bien presente en el momento; lo contrario me llevaba por el camino ya conocido del autoboicot.
A día de hoy, aún no sé si está plenamente integrada, pero puedo asegurar que estoy llegando a los momentos finales en el proceso. Puedo sentir la abundancia en pequeños y grandes momentos que vivo, tanto en la vida exterior como en mi interior. Y durante este tiempo he podido constatar de que, efectivamente, esa abundancia es mía, es mi energía sirviéndome. He observado muchas veces la dinámica de respuesta, la creatividad con la que mi energía me responde. Y cuánto más consciente de ello, con más facilidad fluye. Y no es porque yo tenga un plan y mi energía lo siga. Es porque permito la creatividad en su manifestación, en su creación. Y mi confianza también sigue creciendo.
Te invito a abrirte a la gran abundancia que ya hay en ti.
Bonito Sueño que te ha acercado a una gran enseñanza para gozar de tu vida.
Voy a intentar meditar sobre el, a ver si me sirve para sentir mi propia abundancia. Gràcies por compartir. Un abrazo
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